El obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, expresó su profunda preocupación por el impacto de la violencia en las víctimas colaterales, en especial los niños inocentes que, según señaló, son afectados por políticas fallidas y una sociedad que normaliza el sufrimiento.
“El 28 de diciembre celebraremos la fiesta de los Santos Inocentes, y tristemente seguimos viendo cómo, como en aquellos tiempos, los Herodes modernos siguen masacrando a los inocentes. ¿Cuántos daños colaterales más? ¿Cuántas víctimas de la violencia y de políticas estúpidas que destruyen el ambiente y nos dejan consecuencias devastadoras?”, cuestionó.
El obispo destacó que detrás de cada víctima hay familias destrozadas, subrayando el dolor de quienes enfrentan la desaparición de seres queridos y el asesinato de inocentes en medio de un clima de inseguridad creciente. También hizo referencia a los ataques y amenazas dirigidos contra policías y guardias de seguridad, lo que, dijo, agudiza la crisis social y la desconfianza en las instituciones.
En su intervención, Díaz Díaz llamó a reflexionar de cara a la Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero, señalando la urgencia de trabajar por una sociedad más justa y solidaria.
“Es momento de dejar de normalizar la violencia. El llamado del Papa Francisco para esta Jornada Mundial de la Paz nos invita a construir un ambiente de paz, justicia y cuidado del otro. No podemos seguir viviendo en una realidad donde los inocentes son solo daños colaterales”, concluyó.
El obispo instó a las autoridades y a la sociedad a asumir su responsabilidad en la construcción de un entorno que proteja a los más vulnerables y garantice un futuro sin violencia.