“No estoy tan idiota para correrte, si no te parece renuncia” así inició el problema entre Luis Ricardo Benavides secretario de seguridad ciudadana de Irapuato y “Marce” a quien llamaremos así, una mujer trabajadora de dicha dependencia, asunto que terminó en una denuncia más en contra del funcionario por acoso y violencia laboral, comportamiento mejor conocido como el síndrome del “General Edy”.
Un problema personal a causa de una relación sentimental frustrada entre Benavides Hernández y una secretaria de esta área de origen extranjero, derivó en varios arranques de ira contra “Marce”, ya que el funcionario responsable de la seguridad y del cuidado de todas y todos los irapuatenses consideró como desleal y poco profesional la conducta de la empleada que no colaboró para que progresara la relación sentimental entre Benavides y la secretaria, por cierto proveniente de otro país.
La denuncia fue formalizada por acoso y violencia laboral contra Ricardo Benavides Hernández bajo el número de carpeta CM/DQ/INV-025/2024 presentada del 19 de diciembre del 2024 ante la Contraloría Municipal de Irapuato y aceptada para darle seguimiento de acuerdo al Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción de la Violencia Laboral, el acoso sexual y el hostigamiento sexual en la Administración Publica Municipal, por lo cual cobra mayor relevancia en un momento en el que el cuidado y protección de la mujer ha sido una de las premisas y banderas de este gobierno municipal y estatal encabezado por Lorena Alfaro y Libia Denise Muñoz respectivamente.
Dentro de esta denuncia en la cual se constatan los relatos de “Marce” quien desde el año 2023 comenzó a resentir los embates ofensivos de Ricardo Benavides, al ser la responsable de la certificación de CALEA y CERTIPOL la presión era mucha pero los resultados hablaban por sí solos puesto que dichas certificaciones se obtuvieron en tiempo y forma, pero no eran suficiente para evitar las denostaciones en contra del personal y de la denunciante a quien a gritos le reclamaba que “no sabía ni lo que hacía”.
Los procesos de certificación de las corporaciones de seguridad que en teoría llevan hasta 3 años, ella lo tenía que hacer en 9 meses o menos obligada por las decisiones de Benavides; desde julio del 2023, eran evidentes las ofensas y agresiones verbales en reuniones, lo que a decir de la empleada municipal y asentado en la denuncia, causaba un daño psicológico a la trabajadora.
Cuando se agravó la situación, fue cuando llegó la ruptura sentimental con la extranjera, situación que le partió el corazón a Benavides Hernández; el truene con la novia, llevó al funcionario de primer nivel a hostigar a la denunciante con preguntas y temas personales, en busca de que ella le ayudara en la reconquista; todo esto de manera insistente, bajo su autoridad le requería entregar los aparatos celulares personales de la quejosa para saber información sobre su “amor” que poco a poco se le alejaba más y más de sus manos, de la secretaría y del país. Lo que lo llevó a un reclamo mucho más hostil, en el mes de mayo, al no tener la información que requería para la reconquista confrontó a la empleada y denunciante con términos y palabras como que era poco profesional, era una desleal, ya que nunca se prestó para que con engaños logrará un reencuentro entre Benavides y su amor fugaz.
El asunto se tornó personal con su trabajadora, al grado de usar gritos para dirigirse hacia ella; durante varios años de estadía en la secretaría de seguridad sin problema alguno, debido a su excelente desempeño profesional, todo se convirtió para “Marce” en los meses más deprimentes y dolorosos, durante horas era encerrada en el despacho de Benavides bajo el pretexto de una reunión laboral, que se convertía en sesión de reclamos, regaños y humillaciones, dos horas de lágrimas causadas por las acusaciones personales.
El 30 de mayo previo a jornada electoral, se dio otro de los arrebatos y represalias de Luis Ricardo Benavides contra “Marce”, dio la orden para sacarla de su oficina en la sede de la Secretaría de Seguridad y reubicarla sin motivo alguno a una bodega, es decir en lo que era la delegación de policía en la ciudad industrial, esa sería su nueva oficina, inmueble que desde hace dos años es utilizada como bodega, también conocida como “la cueva de los castigos”, la orden llegó a través de Luis Yebra quien es el que hace el trabajo sucio de Benavides, mismo que burlándose de las represalias por no llevar y traer información le hizo saber a “Marce” la noticia de su cambio con sonrisa burlona; lo grave de esto fue cuando la denunciante pidió explicaciones a Luis Ricardo Benavides sobre esta determinación y lo único que recibió fue otro embate ofensivo de manera textual el funcionario respondió “si gustas acusarme hazle como quieras, ve con los medios, con los de Morena, piensa lo que quieras, son tus problemas mentales, los que te hacen pensar eso (que eran represalias)” un mes permaneció en esa bodega, le retiró todas las funciones administrativas y después de un mes, fue cambiada a otra oficina ahora en Cipol, pero con la orden de no volver a la secretaría.
Con toda la intención de denostar y causar un cierto malestar los ataques de Benavides Hernández prosiguieron, “Marce” acudió a solicitar apoyo ante funcionarios que en ese momento fungían como interinos y/o cargos debido a las licencias por el tema político electoral y al enterarse el encargado de la seguridad que la joven funcionaria estaba solicitando el respaldo de las autoridades, llegó le exigencia y en palabras soeces le dijo Benavides Hernández “que ya le parara, que ya le bajara que qué necesitaba, que no enfadara a funcionarios de alto nivel, que de arriba le dijeron que le bajara, que solo iba a causar que la corrieran”, en otro acto intimidante.
Después de obtener la acreditación CALEA también desaparecieron su diploma oficial, bajo el argumento que lo iban a mandar enmarcar y extrañamente no aparece.
De CERTIPOL ni hablamos otro tema, en dos meses tenía que hacer la certificación de esta acreditación que cuando menos se llevaba 4 meses en la integración del archivo, negaron la información a un día del vencimiento no había documentación, motivo por el cual Ricardo Benavides contrató una persona recomendada de FSPE para ser la nueva jefa y encargada de CERTIPOL y CALEA, coartando así el desarrollo laboral de la quejosa.
Fue el pasado 18 de Diciembre cuando le notificaron de los nuevos cambios, le quitaron el personal con indicación del secretario, al volver de vacaciones no podía regresar a pisar el edificio de la secretaría de seguridad, pero seguiría trabajando sin alguna función laboral en específico, llegando así la determinación de interponer el día 19 diciembre la denuncia y dentro del Protocolo para la Prevención, Atención y Sanción de la Violencia Laboral, el acoso sexual y el hostigamiento sexual en la Administración Publica Municipal se acreditan al menos 9 conductas de acoso laboral, entre las que destacan Ignorar, ridiculizar, cosificar, hacer sentir inútil o reírse de la persona; actuar prepotentemente para con la persona o cometer abuso de autoridad; aislar, separar o no invitar a la persona a reuniones o actividades institucionales; asignar tareas repetitivas superiores o inferiores al perfil ocupacional en plazos imposibles de cumplir; prohibir al resto del personal que hablen con ella; atacar la vida privada de la persona criticando a su pareja o familia; invadir injustificadamente la privacidad de la persona mediante la revisión de su teléfono, entre otras.
Las investigaciones continúan sobre al asunto y el desempeño de Luis Ricardo Benavides Hernández sigue dando de qué hablar, afectando la imagen de la administración.
Sin duda alguna estamos frente a otro de los tantos casos de maltrato y acoso, los antecedentes cercanos ligan a Luis Ricardo Benavides con asuntos similares en San Miguel de Allende, al puro estilo de su mentor el General Rolando Eugenio Hidalgo Edy quien entre sus detalles figuraban el uso de patrullas y policías para ir a hacer el súper, policías edecanes en su corporación y maltrato laboral.